Entre los escasos mamíferos placentarios autóctonos de Australia,
encontramos lógicamente a los Quirópteros, que por su capacidad
de volar no se ven sometidos al filtro geográfico que la
'línea de Wallace' supone entre la fauna del Asia suroriental
y la de Papúa-Nueva Guinea y Australia. Entre los murciélagos
destacan en las zonas húmedas del Norte y Este de Australia los
representantes de la familia de los Pteropodidae, más conocidos
por su nombre vulgar de 'flying foxes', zorros voladores. Estos
grandes murciélagos son, a diferencia de sus parientes más conocidos,
nocturnos no estrictos, y con un excelente sentido de la vista,
teniendo el de la ecolocalización bastante menos desarrollado
que el resto de las familias. No son capaces de volar en
oscuridad total.
Existen al menos cuatro especies de estos animales en Australia,
siendo muy abundantes en las zonas selváticas e inundadas del
Norte del territorio, en Kakadú y la Tierra de Anherm, así como en
las espesas masas forestales de Queensland. Son frugívoros, y cumplen
un importante papel tanto en la polinización como en la dispersión de
frutos y semillas de numerosas plantas. Se reunen en grandes colonias
sobre árboles, que son muy facilmente localizables desde lejos tanto
por la enorme cantidad de animales en vuelo como por el griterío y el
olor peculiar que impregna el ambiente a causa de sus deyecciones.
Su tamaño es considerablemente superior al de otras familias
de quirópteros: el peso de los zorros voladores negros oscila entre
los 280 y los 760 gramos. De día descansan en las ramas de los árboles,
y en la época de septiembre a octubre (la primavera del hemisferio sur),
forman agrupaciones de cientos de miles de ejemplares. Las colonias son
a veces multiespecíficas. El celo sucede en los meses de otoño
(Marzo y Abril), naciendo una sola cría por hembra, que a los dos meses
ya es capaz de volar y a las trece semanas es completamente
independiente de la madre.
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